sábado, 29 de noviembre de 2008

Besos de Gabriela Mistral

Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.

Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.

Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.

Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.

Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.

Desde entonces en los besos
palpita el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.

Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.

¿Te acuerdas del primero…? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible, l
lenaron sé de lágrimas tus ojos.

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos… vibró un beso,
y qué viste después…? Sangre en mis labios.

Yo te enseñé a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Gabriela Mistral

( Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga /
Nacida en Chile 1889 / fallecida en New York 1957 )
Más poemas de Gabriela Mistral aquí

viernes, 28 de noviembre de 2008

Joaquín Salvador Lavado, Quino

Quino: “El mundo se comporta como un enfermo de cáncer de pulmón que sigue fumando”


Confiesa que le atrae más el humor gráfico que el cómic; que no pasa más de tres semanas en ningún sitio, ni siquiera en su Mendoza natal, donde no viviría “ni loco” (le tiene un miedo patológico a los movimientos sísmicos); que extraña las primeras películas de Woody Allen, y le gusta la comida italiana.



Quino creció en el seno de una familia de emigrantes andaluces, en una provincia de Argentina donde “todos eran inmigrantes. Antes de ir al colegio no hablaba en argentino, sino en andaluz, con mi familia; los comerciantes del barrio eran todos italianos, españoles, sirio-libaneses. Nunca me consideré un argentino típico que le gusta comer carne asada y llora con el tango, y tampoco comparto el sentido de patria, salvo el de Bertrand Rusell: el patriotismo es la estupidez de creer que un país es mejor porque uno nació en él”, dice, y se cuestiona: “¿Por qué se defiende una bandera y no lo que pasa con los niños de un país? No sé, los años no alcanzan para entender estas cosas”.


“Hoy no podría hacer Mafalda”
La pregunta era obligada: ¿Por qué dejó de publicar Mafalda? Y él sentencia: “Porque nació en una época que era irrepetible. Yo cuando empecé a hacerla tenía 32 años y conocía todavía bastante bien lo que eran los niños, porque tenía una cantidad de sobrinos pequeños.

Pero hoy no podría hacerla, la época no es la misma, en aquel momento se daban el movimiento feminista, el papa Juan XXIII, los Beatles, el Che Guevara... todo eso era un fermento y por eso Mafalda salió como salió. Porque yo no me propuse hacer a Mafalda así, simplemente veía los diarios y comentaba con esta chica lo que a ella le podía llamar la atención, el mandato de ser buenos, no pelear, y luego leyendo los diarios veía que los adultos hacían todo lo contrario de lo que decían que había que hacer. Después de 10 años de repetir eso todos los días me pareció que me estaba repitiendo un poco, que ya era bueno lo que había hecho y era inútil seguir insistiendo sobre el tema”, dice. Mafalda duró 10 años en una carrera de 55 y significó, como todo el resto de la producción de Quino, una vuelta de tuerca en torno a la denuncia social.

“En la política, antes se sabía quién era quién”
En relación con la situación en América Latina, Quino se declara sorprendido de que se tome a ciertos gobiernos como regímenes de izquierda. “Yo me crié con un régimen como el peronismo, que ya tenía mucho de este populismo mezclado con la cosa militar. Y es un fenómeno que me atrae, pero también me preocupa mucho. Sigo creyendo en el socialismo humanista, aquel antiguo. Y muchas de las actitudes de Chávez me preocupan, no creo del todo en lo que dice. Me parece que Lula está en una tesitura que tiene más que ver con lo que yo pienso que debería hacerse, así como la Bachelet. Por otro lado, después nos llevamos sorpresas como que Merkel, que me parece muy respetable, aparezca apoyando a Rajoy. No sé, está muy rara la política hoy, antes era más clara, se sabía quién era quién, había una izquierda y una derecha claramente diferenciadas, pero hoy la izquierda se ha ido tanto a la derecha para tratar de no perder votos después de la caída del comunismo, que está todo el mundo muy despistado, y yo también, por supuesto”.


Quino tampoco puede comprender qué es lo que pasa en Argentina, a donde no ha vuelto desde que asumió Cristina Kirchner. “Tampoco entiendo el conflicto éste que (la presidenta) tiene con la gente del campo. No entiendo por qué la gente pobre de pronto está defendiendo a la gente rica del campo, o sea, me parece un despropósito. Lo que veo en Argentina es que se preocupan mucho, como en aquella tira de Mafalda en la que ella va por la calle y ve que están agujereando una acera. Ella les dice a los obreros: ‘¿Están buscando las raíces de lo nacional?’, Y ellos le contestan, ‘No, nena, un escape de gas’. A lo que ella dice: ‘Como siempre, lo urgente no deja tiempo para lo importante’.

"En Argentina pasa eso, ha pasado siempre: ¿Ahora hay que plantar soja porque da ingresos? Y bueno, todo el mundo a plantar soja aunque se arruine el terreno y dentro de unos años todo sea un desierto (...) El mundo se comporta como un enfermo de cáncer de pulmón que sigue fumando”, remata el agudo humorista.


Artículo de Mariana Cantero para Tribuna Latina en el Salón del Comic Barcelona, abril 2008

Related Posts with Thumbnails