viernes, 28 de noviembre de 2008

Joaquín Salvador Lavado, Quino

Quino: “El mundo se comporta como un enfermo de cáncer de pulmón que sigue fumando”


Confiesa que le atrae más el humor gráfico que el cómic; que no pasa más de tres semanas en ningún sitio, ni siquiera en su Mendoza natal, donde no viviría “ni loco” (le tiene un miedo patológico a los movimientos sísmicos); que extraña las primeras películas de Woody Allen, y le gusta la comida italiana.



Quino creció en el seno de una familia de emigrantes andaluces, en una provincia de Argentina donde “todos eran inmigrantes. Antes de ir al colegio no hablaba en argentino, sino en andaluz, con mi familia; los comerciantes del barrio eran todos italianos, españoles, sirio-libaneses. Nunca me consideré un argentino típico que le gusta comer carne asada y llora con el tango, y tampoco comparto el sentido de patria, salvo el de Bertrand Rusell: el patriotismo es la estupidez de creer que un país es mejor porque uno nació en él”, dice, y se cuestiona: “¿Por qué se defiende una bandera y no lo que pasa con los niños de un país? No sé, los años no alcanzan para entender estas cosas”.


“Hoy no podría hacer Mafalda”
La pregunta era obligada: ¿Por qué dejó de publicar Mafalda? Y él sentencia: “Porque nació en una época que era irrepetible. Yo cuando empecé a hacerla tenía 32 años y conocía todavía bastante bien lo que eran los niños, porque tenía una cantidad de sobrinos pequeños.

Pero hoy no podría hacerla, la época no es la misma, en aquel momento se daban el movimiento feminista, el papa Juan XXIII, los Beatles, el Che Guevara... todo eso era un fermento y por eso Mafalda salió como salió. Porque yo no me propuse hacer a Mafalda así, simplemente veía los diarios y comentaba con esta chica lo que a ella le podía llamar la atención, el mandato de ser buenos, no pelear, y luego leyendo los diarios veía que los adultos hacían todo lo contrario de lo que decían que había que hacer. Después de 10 años de repetir eso todos los días me pareció que me estaba repitiendo un poco, que ya era bueno lo que había hecho y era inútil seguir insistiendo sobre el tema”, dice. Mafalda duró 10 años en una carrera de 55 y significó, como todo el resto de la producción de Quino, una vuelta de tuerca en torno a la denuncia social.

“En la política, antes se sabía quién era quién”
En relación con la situación en América Latina, Quino se declara sorprendido de que se tome a ciertos gobiernos como regímenes de izquierda. “Yo me crié con un régimen como el peronismo, que ya tenía mucho de este populismo mezclado con la cosa militar. Y es un fenómeno que me atrae, pero también me preocupa mucho. Sigo creyendo en el socialismo humanista, aquel antiguo. Y muchas de las actitudes de Chávez me preocupan, no creo del todo en lo que dice. Me parece que Lula está en una tesitura que tiene más que ver con lo que yo pienso que debería hacerse, así como la Bachelet. Por otro lado, después nos llevamos sorpresas como que Merkel, que me parece muy respetable, aparezca apoyando a Rajoy. No sé, está muy rara la política hoy, antes era más clara, se sabía quién era quién, había una izquierda y una derecha claramente diferenciadas, pero hoy la izquierda se ha ido tanto a la derecha para tratar de no perder votos después de la caída del comunismo, que está todo el mundo muy despistado, y yo también, por supuesto”.


Quino tampoco puede comprender qué es lo que pasa en Argentina, a donde no ha vuelto desde que asumió Cristina Kirchner. “Tampoco entiendo el conflicto éste que (la presidenta) tiene con la gente del campo. No entiendo por qué la gente pobre de pronto está defendiendo a la gente rica del campo, o sea, me parece un despropósito. Lo que veo en Argentina es que se preocupan mucho, como en aquella tira de Mafalda en la que ella va por la calle y ve que están agujereando una acera. Ella les dice a los obreros: ‘¿Están buscando las raíces de lo nacional?’, Y ellos le contestan, ‘No, nena, un escape de gas’. A lo que ella dice: ‘Como siempre, lo urgente no deja tiempo para lo importante’.

"En Argentina pasa eso, ha pasado siempre: ¿Ahora hay que plantar soja porque da ingresos? Y bueno, todo el mundo a plantar soja aunque se arruine el terreno y dentro de unos años todo sea un desierto (...) El mundo se comporta como un enfermo de cáncer de pulmón que sigue fumando”, remata el agudo humorista.


Artículo de Mariana Cantero para Tribuna Latina en el Salón del Comic Barcelona, abril 2008

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por darme la oportunidad de leer estas magníficas declaraciones. Yo también veo que la política está rara. Aquí, el Presidente del Gobierno diciendo que hay que dejar que funcione el mercado (en el caso de Repsol y la pretolera rusa) y el líder de la derecha abogando por la estatalización de la empresa. Yo creo que ninguno de los dos es sincero.
Un saludo.

Unknown dijo...

La política está rara...ya nadie es quien dice que es...saludos desde Argentina !!!

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