domingo, 13 de noviembre de 2016

Consejos para una persona especial


Cuidado con el poder,
porque su avalancha puede enterrarte,
nieve, nieve y nieve, asfixiando tu montaña.

Cuidado con el odio,
que puede abrir la boca y hacerte
comer tu propia pierna como un leproso instantáneo.

Cuidado con los amigos,
cuando los traiciones,
como lo vas a hacer,
van a meter la cabeza en el inodoro
y a tirar el agua.

Cuidado con el intelecto,
porque sabe tanto que no sabe nada
y te deja colgado cabeza abajo
boqueando sabiduría mientras el corazón
se te sale por la boca.

Cuidado con los parlamentos, la parte del actor,
el discurso planeado, sabido, masticado,
porque van a delatarte
y te vas a quedar parado ahí como un nene desnudo,
meándote en tu propia cuna.

Cuidado con el amor
(salvo que sea verdadero,
y cada parte tuya, hasta los dedos de los pies, diga sí),
porque te va a envolver como una momia
y nadie va a oírte gritar
y vas a correr sin fin.

¿El amor? Sea hombre. Sea mujer.
Tiene que ser una ola sobre la que querés brillar,
a la que querés entregarle tu cuerpo, entregarle tu risa,
y, cuando la arena áspera te reclame,
entregarle tus lágrimas a la tierra. Amar a otro es algo
como una plegaria y no puede planearse, te dejás caer
en sus brazos porque tu fe deshace tu incredulidad.

Persona especial,
en tu lugar no le prestaría atención
a mis consejos,
un poco hechos de tus palabras
y un poco de las mías.
En colaboración.
No creo ni una palabra de lo que dije,
excepto algo,que te veo como un árbol joven
con las hojas pegadas y sé que vas a echar raíces
y entonces va a aparecer lo verde de verdad.

Dejá ir. Dejá ir.
Oh persona especial,
hojas posibles,
mientras tanto, a esta máquina de escribir le gustás
y quiere romper vasos
celebrando
por vos,
cuando te arranques la corteza oscura
y vueles
como un globo.

Anne Sexton

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