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viernes, 27 de agosto de 2010

Tiempo

Imagen tiempo. Tiempo absorto en si mismo. Tiempo prendido en el tiempo. A punto de suceder. Dejando ya de haber sucedido.
Valérie Tasso

4 comentarios:

  1. El tiempo nunca puede guardarse.
    Es muy hermosa la imagen.

    Besos, Celeste.

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  2. El tiempo. Qué buena entrada, Celeste! Para mi pensar "el tiempo" es pensar a Borges. Tal vez sea largo pero me gustaría compartir este poema, "el tango" donde el genial escritor se apoya en sus conceptos del tiempo para hacer su definición magistral del tango:

    ¿Dónde estarán?, pregunta la elegía
    de quienes ya no son, como si hubiera
    una región en que el Ayer pudiera
    ser el Hoy, el Aún y el Todavía.
    ¿Dónde estará (repito) el malevaje
    que fundó, en polvorientos callejones
    de tierra o en perdidas poblaciones,
    la secta del cuchillo y del coraje?
    ¿Dónde estarán aquellos que pasaron,
    dejando a la epopeya un episodio,
    una fábula al tiempo, y que sin odio,
    lucro o pasión de amor se acuchillaron?
    Los busco en su leyenda, en la postrera
    brasa que, a modo de una vaga rosa,
    guarda algo de esa chusma valerosa
    de los Corrales y de Balvanera.
    ¿Qué oscuros callejones o qué yermo
    del otro mundo habitará la dura
    sombra de aquel que era una sombra oscura,
    Muraña, ese cuchillo de Palermo?
    ¿Y ese Iberra fatal (de quien los santos
    se apiaden) que en un puente de la vía,
    mató a su hermano el Ñato, que debía
    más muertes que él, y así igualó los tantos?
    Una mitología de puñales
    lentamente se anula en el olvido;
    una canción de gesta se ha perdido
    en sórdidas noticias policiales.
    Hay otra brasa, otra candente rosa
    de la ceniza que los guarda enteros;
    ahí están los soberbios cuchilleros
    y el peso de la daga silenciosa.
    Aunque la daga hostil o esa otra daga,
    el tiempo, los perdieron en el fango,
    hoy, más allá del tiempo y de la aciaga
    muerte, esos muertos viven en el tango.
    En la música están, en el cordaje
    de la terca guitarra trabajosa,
    que trama en la milonga venturosa
    la fiesta y la inocencia del coraje.
    Gira en el hueco la amarilla rueda
    de caballos y leones, y oigo el eco
    de esos tangos de Arolas y de Greco
    que yo he visto bailar en la vereda,
    en un instante que hoy emerge aislado,
    sin antes ni después, contra el olvido,
    y que tiene el sabor de lo perdido,
    de lo perdido y lo recuperado.
    En los acordes hay antiguas cosas:
    el otro patio y la entrevista parra.
    (Detrás de las paredes recelosas
    el Sur guarda un puñal y una guitarra.)
    Esa ráfaga, el tango, esa diablura,
    los atareados años desafía;
    hecho de polvo y tiempo, el hombre dura
    menos que la liviana melodía,
    que sólo es tiempo. El tango crea un turbio
    pasado irreal que de algún modo es cierto,
    un recuerdo imposible de haber muerto
    peleando, en una esquina del suburbio

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Muy bueno el aporte Funess!! es Fuerte, pero imgino que describe los escenarios en que vivian nuestros ancestros.Cele!! La imagen!! espectacularr!!y el tema del tiempo...Para que lo creamos?

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que mantienen vivo este encuentro