sábado, 29 de agosto de 2009

Alba / Federico García Lorca

Mi corazón oprimido
Siente junto a la alborada
El dolor de sus amores
Y el sueño de las distancias.
La luz de la aurora lleva
Semilleros de nostalgias
Y la tristeza sin ojos
De la médula del alma.
La gran tumba de la noche
Su negro velo levanta
Para ocultar con el día
La inmensa cumbre estrellada.

¡Qué haré yo sobre estos campos
Cogiendo nidos y ramas
Rodeado de la aurora
Y llena de noche el alma!
¡Qué haré si tienes tus ojos
Muertos a las luces claras
Y no ha de sentir mi carne
El calor de tus miradas!
¿Por qué te perdí por siempre
En aquella tarde clara?
Hoy mi pecho está reseco
Como una estrella apagada.

Federico García Lorca

jueves, 27 de agosto de 2009

Los sueños soñados

En el campo espiritual, los sueños existen en estado de crisálida aguardando un creador que los lleve del campo de todas las posibilidades, a la realidad.
Así como el paisaje busca al pintor, el poema al escritor, la música al compositor, el amor a los amantes...
El sueño busca al soñador.

miércoles, 26 de agosto de 2009

No saber ni jota

La Kha u Ḫā (ﺥ) letra del alfabeto árabe equivalente a la J castellana

La letra "j" proviene de las lenguas primitivas del Medio Oriente, como el hebreo, el caldeo y el siríaco, y era la más pequeña de esos alfabetos, por lo que su nombre llegó hasta nosotros como equivalente de cosa pequeña o insignificante.

En la escritura hebrea, por otra parte, la iod -que luego derivaría en la jota castellana, con un punto agregado en la Edad Media- participaba como rasgo inicial de todas las demás letras.

La iod hebrea es la letra más pequeña de todas y de trazo más fácil. Su trazo es tan simple que de ahí que el modismo no saber ni jota alude a la extrema ignorancia de alguien en una cosa determinada y así es como lo utilizamos en la actualidad.

martes, 25 de agosto de 2009

Democracia

lunes, 24 de agosto de 2009

El grito desolado

Cuadro de Pieter Brueghel el Viejo, Icarus

Prisionero del rey Minos en la isla de Creta, Dédalo -el constructor del laberinto- se propone escapar junto con su hijo Icaro. Con el fin de huir por el aire, construye alas para volar, con plumas adheridas entre sí con cera. Advierte a Icaro que no debe acercarse al sol pues el calor derretirá la cera, deshaciendo así las alas. El joven, entusiasmado por la sensación singular de volar, de elevarse cada vez más, se acerca tan peligrosamente al sol que, tal como le había advertido su padre, las alas se desintegran e Icaro se precipita al mar.

Un cuadro de Pieter Brueghel el Viejo, pintado alrededor de 1560 y que se conserva en el Museo de Bellas Artes de Bruselas, refleja el momento preciso de esa caída. En el ángulo inferior del cuadro se observan las piernas de Icaro, aún en la superficie, mientras que el resto de su cuerpo ya ha desaparecido bajo el agua. Salvo ese detalle que alude a la tragedia, a ese suceso extraordinario, el conjunto de la escena refleja el acontecer normal de la vida. En primer plano, un labriego sigue concentrado en arar la tierra, un pescador continúa con sus tareas, un ornado barco navega con sus velas desplegadas y, al fondo, muy a lo lejos, se avista un caserío iluminado por un sol cegador, el mismo responsable de la tragedia. Su único signo son, pues, esas pequeñas piernas de Icaro en el instante preciso en que están desapareciendo para siempre.

El gran poeta angloestadounidense W. H. Auden (1907-1973), al contemplar ese cuadro escribió, alrededor de 1938, antes de emigrar a los EE.UU., uno de sus poemas más conocidos, que tituló, precisamente, Museé des Beaux Arts . Concluye así (en la traducción de Manuel Sáenz):

"El Icaro de Brueghel, por ejemplo: todo se aleja/ pausadamente del desastre; el labriego con su arado/ pudo oír el chapuzón, el grito desolado, / pero para él no era importante; el sol brillaba/ sobre unas piernas blancas que se hundían/ en agua verde, y desde el costoso barco delicado veían/ lo prodigioso: un chico del cielo defenestrado;/ pero el barco seguía su rumbo y con calma navegaba".

Como lo señalan los amargos versos de Auden, la bella pintura plantea el llamativo contraste entre un hecho casi sobrenatural -la caída desde el cielo de un niño volador- y la rutinaria normalidad con la que prosigue la vida en el mundo que es testigo de ese hecho extraordinario. Nadie de entre quienes asisten a la escena parece conmoverse por eso inaudito que está sucediendo a su alrededor.

¿Serán cuadro y poema una acertada descripción del mundo? ¿Estaremos actuando, hoy como entonces, con una indiferencia similar a la del campesino ante el naufragio de las expectativas y los proyectos -las vidas- de muchos de nuestros semejantes? ¿Al igual que los tripulantes de ese barco -quienes sin prestar atención alguna a la tragedia de Icaro prosiguen hacia su destino-, nosotros tampoco reaccionaremos ante los evidentes signos del drama humano que no nos sería difícil advertir a cada paso?

Sin duda, en este tiempo convivimos con muchos Icaros. Quienes tienen éxito concitan atención y son recompensados. Pero quienes quedan en el camino, quienes -como Icaro- se precipitan al mar envueltos sólo en un grito de horror, lo hacen ante nuestra indiferencia. Como los personajes del cuadro, refugiados en el individualismo más crudo, no pocas veces continuamos nuestras vidas, indiferentes a los dramas humanos que se desarrollan en torno a nosotros. Tal vez deberíamos, al menos, prestar alguna atención a aquellos que fracasan en la tarea de vivir, de un modo llamativo por su desafiante osadía como Icaro o en silencio, por falta de posibilidades, como lo hace la mayoría. Caen a nuestro lado, pero no los miramos; ni siquiera oímos su grito desolado, como los personajes de la obra maestra que Brueghel pintó hace casi cinco siglos.

Guillermo Jaim Etcheverry

Educador y ensayista, Doctor en medicina por la Universidad de Buenos Aires, Diploma de Honor UBA, fue Decano de la Facultad de Medicina de la UBA entre 1986 y 1990, fue Rector de la UBA entre 2002 y 2006.
Es autor del libro La tragedia educativa, editorial Fondo de Cultura Económica, publicado en 1999, que recibió el premio al mejor libro de educación del año por las X Jornadas Internacionales de Educación.

Artículo publicado en la Revista La Nación el día 8 de febrero de 2009

La inocencia y el color de Mordillo

Hacer click en el micrófono para escuchar su música

Guillermo Mordillo ( o simplemente Mordillo, o Mor ) nos arranca una sonrisa sólo con su sencillez, inocencia y colorido. Nacido el 4 de agosto de 1936 en Argentina en la ciudad de Buenos Aires donde pasó su infancia, prontamente emigró a Francia. Curiosamente, su falta de dominio del idioma le hizo desarrollar una gran habilidad para el dibujo mudo, al que luego sumara su vivaz colorido que le es característico.
Sus dibujos son publicados en revistas de todo el mundo, como: Italia, Francia, Inglaterra, Alemania, España, Portugal, Bélgica, Rusia, Grecia, y el resto de Europa; en Japón y diversos lugares de Asia; Australia; Estados Unidos, Canadá, México, Brasil y toda Latinoamérica.

Fue el dibujante de humor más publicado del mundo en la década del ´70. Y hasta mediados de los años 80, sin embargo, permaneció casi desconocido para el público masivo argentino.
En los últimos 20 años , se dedicó casi exclusivamente al humor gráfico y las ilustraciones infantiles .
Entre sus distinciones se encuentran:
Yellow Kid, Italia, 1974.
Premio Nakanoki, Tokio, Japón, 1977.

Condecoraciones recibidas:
Palma de Oro, San Remo, Italia, 1978-1983.

Libros publicados:
"El Galion" - 1970.
"Crazy cowboy" - 1972.
"Crazy Crazy" - 1974.
'Les Girafes'
'Mordillo Cartoons Opus I y II y III.

Fuente: http://usuarios.sion.com/pauluk/mordillo.htm

viernes, 21 de agosto de 2009

Nada


Son tal vez los postigos entreabiertos
que me acercan tu frágil recuerdo
aquel de las retamas en flor
chocolate y licor
en noche invernal

Música: Nada / tango de José Dames compuesto en el año 1944
En la virtuosa interpretacion de Esteban Morgado.
Montaje de video Celestacha

lunes, 10 de agosto de 2009

La soledad sonora

Viene una esencia triste de jazmines con luna
y el llanto de una música romántica y lejana...
De las estrellas baja, dolientemente, una
brisa con los colores nuevos de la mañana...
Espectral, amarillo, doloroso y fragante,
por la niebla de la avenida voy perdido,
mustio de la armonía, roto de lo distante,
muerto entre rosales pálidos del olvido...
Y aún la luna platea las frondas de tibieza
cuando ya el día rosa viene por los jardines,
anegando en sus lumbres esta vaga tristeza
con música, con llanto, con brisa y con jazmines

La soledad sonora
Juan Ramón Jimenez (1908)

domingo, 9 de agosto de 2009

Los mundos imposibles de M.C. Escher


Maurits Cornelis Escher, maestro y creador de tessellations, nació en Leeuwarden, Holanda en 1898. Después de un fallido intento de convertirse en un arquitecto, Escher estudió artes gráficas en la Escuela de Arquitectura y Artes Decorativas de Haarlem.
A lo largo de los años y a lo largo de sus viajes, creó una serie de fascinantes paisajes, retratos y diseños geométricos, pero el trabajo por el que trascendió y que constituyó su principal preocupación fueron sus tessellations.
Tessellations es un mosaico de cualquier patrón repetitivo de formas interrelacionadas. A veces también se conoce como Embaldosados, pero la palabra "Embaldosados" generalmente se refiere a las pautas de los polígonos (es decir, formas rectas con límites), que es una categoría más restrictiva de la repetición de patrones.
Desde su primera visita a la Alhambra en España en 1922, Escher estaba intrigado por los mosaicos moros.
Escher dio vida a sus propias versiones de los dibujos geométricos que había visto.
A través de su extraordinaria creatividad y la aplicación de sus conocimientos de la matemática, Escher creó cientos, tal vez incluso miles, de tessellations en forma de peces, aves, perros, cangrejos, insectos, caballos, seres humanos, y otras criaturas.
Y aunque gran parte de su trabajo se basó en el diseño de antiguos mosaicos árabes, Escher rompió la más fundamental de sus reglas: la representación de la vida en los objetos de arte.

Escher es un artista individual. Incorporó la fantasía de Monet, la lógica y la precisión de Miguel Angel, la perspectiva y visión tridimensional de Wright, los patrones y de los moriscos, en sus propias xilografías, litografías y dibujos. Ha creado mundos imposibles y extravagantes criaturas.

jueves, 6 de agosto de 2009

Como turco en la neblina...

Ilustración de Fabrizia Braga Navarro

La frase es producto de una serie de cambios y derivaciones que comienzan cuando en España se llamó "turca" a la borrachera. La razón tiene toques de humor.
Al vino puro, sin añadido de agua, se lo denominaba como vino moro o vino turco, por no estar bautizado. En concecuencia , las mamuas tomaron el nombre de turcas. De allí viene la primera parte de la expresión en su forma original : "agarrarse una turca ".
Lo que sigue se debe exclusivamente a la picardía criolla . ¿ Quien puede hallarse más confundido que un borracho que se pierde en la niebla? El pasaje de "con la turca" al actual "como turco" lo realizó expontáneamente el uso popular. Y así "el turco" entró en el dicho y en la neblina , dando lugar a una pintoresca expresión que vale para cualquiera que ande muy desorientado , por más sobrio que esté .

Fuente: Revista Conozca Más

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