No será para mi la tierra prometida
no caminaré por sus ardientes arenas
no beberé de su manantial inesperado
de aguas frescas y color dorado.
Pero la observaré recostado en la roca milenaria
que está allí esperando desde el principio de los tiempos
y sabré que al mirar el paisaje deseado
seré parte definitiva de un único misterio.
Funes
3 comentarios:
Hermoso poema. Observar la tierra prometida es tenerla también.
Besos, Celeste.
Tu blog está completo!
Las rocas transmiten esa sensación atemporal, es verdad
Saludos!
Que lindo forma de escribir la verdad, Divino Funess!!!
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