martes, 26 de octubre de 2010

El cielo del gorrión / Un cuento turco


Había un gorrión minúsculo que, cuando retumbaba el trueno de la tormenta, se tumbaba en el suelo y levantaba sus patitas hacia el cielo.

-¿Por qué haces eso? -le preguntó un zorro.

-¡Para proteger a la tierra, que contiene muchos seres vivos! -contestó el gorrión-. Si por desgracia el cielo cayese de repente, ¿te das cuenta de lo que ocurriría? Por eso levanto mis patas para sostenerlo

-¿Con tus enclenques patitas quieres sostener el inmenso cielo? -preguntó el zorro.

-Aquí abajo cada uno tiene su cielo -dijo el gorrión-. Vete... tú no lo puedes comprender...

Anónimo

5 comentarios:

Unknown dijo...

Sin palabras... he quedado sin palabras...
Funes

Edit dijo...

Has logrado dejar sin palabras a Funes y eso es realmente propio de los Genios, je, je...
El video es maravilloso, nos muestra la naturaleza sensible, llena de vida y afectos, enfrentando la adversidad como nos toca a nosotros también hacerlo.
El cuento es música para el alma, hasta me daban ganas de ponerme junto al gorrión para aunar fuerzas...
Es tan real que todos tenemos nuestro cielo, y por el que somos capaces de todo para que no se nos derrumbe.
Un abrazo con mucho cariño amiga.
Vos formas parte de mi cielo.

Yudi dijo...

El cielo, nuestro propio cielo que sostener... excelente cuento y el video me dejo un sentimiento de profunda tristeza...

Celestacha dijo...

Me alegra haberlos sensibilizado, como a mi me pasó haciéndolo.
Un abrazo ( desde mi cielo )

Unknown dijo...

Escribí esto que titulé:
"Pájaro de Ucrania".
(dedicado a la editora y al peso de las ausencias, para ayudarla agradecido a sostener el cielo)


"Como me dejó tan sin palabras las imágenes y el texto me he puesto a pensar.
Y de pronto me di cuenta que todo se ha confundido en una sola esencia, en una sola existencia. Todo y todos. Los pájaros, el que esto escribe, el que lee esto y el que jamás lo leerá… el que está naciendo ahora y el que se está marchando. Y pasa que siento que todos incluidos ese pájaro de Ucrania, somos “quidam”, somos ese “alguien” que de repente es nadie, pero… es… seguro que es.
Y el cielo se derrumbó al final sobre nosotros. Y no lo pudimos sostener. Y somos el pájaro de Ucrania gritando de dolor, asustados y solos porque al final somos “pájaros-quidam”, somos el transeúnte anónimo y despojado que ha quedado literalmente solo, en Ucrania, con forma de pájaro dolido; o aquí en la ciudad que por un instante nos es ajena y desconocida. Y de pronto, soy el pájaro de Ucrania hecho hombre, hecho Funes, desconsolado en mis pérdidas, mis temores, y gritando mi propio trino de pasión desbordada, mientras un gorrión llora en la ciudad su propia pérdida, mirando la imagen de un hombre solo en una tierra lejana, y pensando tal vez “no seré yo, este pájaro, aquel hombre?”

Pájaro de Ucrania; Funes de una ciudad ajena….

Se nos ha caído el cielo por un instante y no lo hemos podido sostener.
Por suerte, el pájaro de Ucrania retomará seguramente el vuelo con su trino gélido de pasión desbordada…. Pero retornará al vuelo, para sostener de otra forma el cielo, y permitir que Funes (que quizás es ya el mismo pájaro de Ucrania) se sienta menos solo, menos vacío, y mientras el pájaro de Ucrania le sostiene el cielo, saldrá Funes a las calles cotidianas sabiendo que finalmente, amanece en octubre.....
Funes

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