lunes, 13 de diciembre de 2010

Desde la ventana de mi cuarto

Óleo de Balbontín
Desde la ventana de mi cuarto no veo la mar salada. Nada. Ni un trocito. Ni la luna. Ni la mortecina luz de las estrellas. Tampoco veo las farolas de la calle ni el caminar de los transeúntes. Podría ver un árbol, o dos incluso, pero lo cierto es que desde la ventana de mi cuarto no veo mata alguna, grande o pequeña, digna de tal nombre. El día menos pensado subo las persianas y que sea lo que dios quiera.

Extraído de Escribe o revienta...

2 comentarios:

Edit dijo...

Me hiciste largar una sonora carcajada, en plena madrugada.
Este relato tan breve es genial.
Pinta magnificamente a los que gustan de la estupidez. Muchos se quejan de la vida que les toca, y es porque no levantan las percianas para ver el sol.
Te dejo un abrazo amiga.

Mariela Torres dijo...

Es muy gracioso. Me hizo reír y me gustó mucho.
Yo levantaría la persina, si mi ventana diera afuera.

Besos.

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