"Mi abuela tenía una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillas en nuestro interior, no las podemos encender solos, necesitamos oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender una de las cerillas. Por un momento, nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. Se produce en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pasa el tiempo, hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo.
Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre al alma. En otras palabras, esta combustión es su alimento. Y si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillas se humedece y ya nunca podremos encender un sólo fósforo. Si eso llega a pasar, el alma huye de nuestro cuerpo , camina errante por las tinieblas más profundas tratando vanamente de encontrar alimento por sí misma, ignorante de que sólo el cuerpo que ha dejado inerme, lleno de frío, es el único que podría dárselo..."
Como agua para chocolate /Laura Esquivel /Fragmento
La niña de la cornisa
Hace 7 años
1 comentario:
y tus cerillos??hay algo que los detone?...Es hermosa esa parte y tan acertada,qué nos queda si nuestras velitas se apagan????
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