La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.
Eduardo Galeano
La niña de la cornisa
Hace 7 años
Para los soñadores, para los que aman y lo entregan todo, para los sensibles, para los que aún creen, para los perdidos, para los que sufren, para los que tocaron fondo, para los que reinventan cada día, para los que dicen SI, para los inconformistas, para los bellos de adentro, los que tienen alma de diamante.
"Toma de mi todo lo que necesites para ser feliz.Déjame solo lo necesario para disfrutar de tu felicidad"Ignacio Reiva
4 comentarios:
La utopía. Ese sueño idealizado de un mundo mejor. Esa sociedad diversa a la que vivimos. Me parece que sentimos la palabra "utopía" como elemento colectivo, vinculado a lo social. Pero hay creo, utopías íntimas, de cada uno. Yo construyo torpemente por cierto, mi utopía cotidiana en lo que es el barrio y los personajes que describo en "palabrasenextincion", por ejemplo.
La utopía nos mantiene al final, vivos, nos anticipa la esperanza de que mañana es posible el sueño de hoy, aunque cuando llegue mañana ese sueño se desvanezca como un suspiro. Cuando regrese de unas cosas que tengo que hacer, escribiré si me sale algo, sobre utopías y metamorfosis.
Pero subo antes de irme un verso muy utópico de Borges, que sabe que no lo esperan, pero tiene la utopía de creer que sí lo esperan.
Lo Perdido
¿Dónde estará mi vida, la que pudo
haber sido y no fue, la venturosa
o la de triste horror, esa otra cosa
que pudo ser la espada o el escudo
y que no fue? ¿Dónde estará el perdido
antepasado persa o el noruego,
dónde el azar de no quedarme ciego,
dónde el ancla y el mar, dónde el olvido
de ser quien soy? ¿Dónde estará la pura
noche que al rudo labrador confía
el iletrado y laborioso día,
según lo quiere la literatura?
Pienso también en esa compañera
que me esperaba, y que tal vez me espera
Ya volví de hacer mis cosas. Confieso que todo el tiempo pensé más en las utopías íntimas que en la lista de mandados y lugares a dónde tenía que ir.
Y así como puse un ejemplo de un Borges abrazado a una íntima utopía, quiero compartir otro de Borges que encierra en si mismo, una negación total de la utopía. Es un poema que se llama "1964", escrito ese año y que algunos han entendido que lo escribió porque quedó ciego. En verdad no es así, sino un desgarrado poema de amor frustrado. Ese año Borges le declaró su amor a María Ester Vazquez su asistente, que le rechazó su propuesta de matrimonio porque amaba a otro hombre.
Así fue que Borges escribió:
I
Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
ni los lentos jardines. Ya no hay una
luna que no sea espejo del pasado,
cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
la fiel memoria y los desiertos días.
Nadie pierde (repites vanamente)
sino lo que no tiene y no ha tenido
nunca, pero no basta ser valiente
para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
y te puede matar una guitarra.
II
Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
un instante cualquiera es más profundo
y diverso que el mar. La vida es corta
y aunque las horas son tan largas, una
oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
que nos libra del sol y de la luna
y del amor. La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.
Sólo que me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.
Me encanta esta cita, es preciosa. Y la imagen que elegiste también, volar es como caminar por el aire.
Besos, Celeste.
Estaba pensando que, si la utopía es ese sueño idealizado de un mundo mejor, mas justo, con gente mas solidaria y buena, y fundamentalmente un mundo en donde entremos todos, porque este planeta es el único espacio disponible, pensaba decía, que capaz que estamos equivocados. A lo mejor perseguir tal sueño, para andar, nos termine ahogando en un mar de angustia porque es verdad que el horzonte se corre y debo dar nuevos pasos, y entonces a mi alrededor sigue el mismo paisaje. Entonses pensaba en qué pasa si cambio mis sueños: y así como hay utopías íntimas, también construyo utopías pequeñas, realizables, cotidianas, casi insignificantes.
No puedo cambiar este mundo, porqué no intento cambiar ya no mi ciudad ni mi barrio: mi cuadra al menos. LA gente, conoce a sus vecinos? no. Los saluda a todos? no. Somos buenos vecinos?
Porqué no empezar por ahí, como una conducta individual y sin reclamar reciprocidad. Ser buen vecino. No se, a lo mejor el horizonte siga siendo inalcanzable, pero mas cercano.
PD.: voy a mandar este mensaje y me aparece la palabra a verificar "diste". No creo en las casualidades. Qué doy? Reclamo utopias realizables que cambien el mundo, pero... qué doy?
Hablando de dar, les regalo este verso:
"Tiende tu mano al vecino,
porque si, por elegancia.
Que no todo sea ganancia
al costado del camino
Cambia de sabor el vino
cuando no hay con quién brindar
No es cuestión de atesorar
y ser opulento en bienes
si entre tus bienes no tienes
el bien supremo de DAR"
Funes
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