domingo, 13 de junio de 2010

La espada de Damocles

Según cuentan Horacio en una de sus "Odas" y Cicerón, en sus "Tusculanas", Damocles era cortesano de Dionisio I, El Viejo (siglo IV, AC), tirano de Siracusa.
Dionisio I vivía en un suntuoso palacio en donde las riquezas abundaban, en especial por las obras de arte, el lujo, la exquisita y fina cocina, las lindas mujeres y el refinamiento de los cortesanos. Contaba, además, con criados y esclavos solícitos a sus mínimos requerimientos. Había mucha gente que lo envidiaba por el poder que ostentaba y por su incalculable fortuna. Uno de ellos era Damocles, un cortesano que se dedicaba a la intriga, al ocio, y en especial a envidiar a su rey, uno de sus mejores amigos.
Dionisio, quien adolecía de muchos defectos, sí odiaba la envidia y estaba aburrido de oír día a día las aparentes adulaciones, que eran una expresión velada de resquemor. Entonces el rey, con el propósito de escarmentarlo, decidió que Damocles lo sustituyera durante un festín.
La corte y los criados quedaron de tratar a Damocles como si fuera el rey. Le colocaron la corona de oro y diamantes y le pusieron el manto real. Damocles se hizo servir en la sala de banquetes, los mejores vinos y la más deliciosa comida. Al escuchar la música, dedicada a él, al sentirse halagado y admirado, no pudo menos que pensar que era el hombre más feliz del mundo. Al beber el mejor de los vinos en una copa de oro, miró hacia lo alto. ¿Qué era lo que pendía de arriba, un objeto cuya punta casi le tocaba la cabeza? Sobre su cabeza pendía una afilada espada, atada al techo por un delgado hilo. El brillo de ésta casi le impedía ver. Las manos le temblaban de tal manera, que derramó parte del contenido de su copa.
Como pudo, hizo acallar la música y sólo con la mirada desdeñaba los ricos manjares que iban sirviéndole. No se atrevía a huir, aunque era su único anhelo. Tenía pánico de mover hasta las cejas. El hilo era demasiado delgado; bastaba un pequeño vaivén para que se cortara y se enterrará en su cabeza.

De esta manera, Damocles pudo comprender lo efímero e inestable de la prosperidad y del lujoso modo de vivir del monarca. La frase la espada de Damocles se utiliza desde hace mucho tiempo, para expresar la presencia de un peligro inminente o de una amenaza.

3 comentarios:

Edit dijo...

Es la primera vez que leo una explicación tan clara y explicativa sobre esta frase tan conocida y descruotiva de algunas situaciones.
Se lo voy a hacer leer a mi niña, que está muy entretenida leyendo mitología griega y romana.

Unknown dijo...

Es una frase muy usada. La explicación está realmente buena porque el sentido que hoy se le da a la expresión no es el mismo que el que surge del origen y la explicación que nos acerca celeste.
Realmente muy bueno.
Funes

Victoria dijo...

Hola , me gustan mucho las explicaciones que das sobre frases tan conocidas y en especial la de el chivo expiatorio. |Henhorabuena por tu blog,

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