martes, 17 de mayo de 2011

Argine o cómo la ilusión levanta castillos

Argine-HD from jujube on Vimeo.


Cada vez que visito El baúl que no tenía mi abuela, encuentro delicias como éstas. Les recomiendo un paseo por el sitio y encontrarán un mundo de fantasía.

martes, 12 de abril de 2011

La montaña

Foto de Gerd Ludwig
Si fuera segura
como una montaña –las cosas
claras, la palabra
precisa–. Si fuera calma, una
piedra de quietud, mi derrotero
culminaría –seguramente–
en la cima de la cordura
y así colmada miraría
desde allí:
un ojo de vértigo, el otro
abismo.

María del Carmen Colombo
Buenos Aires, 1950

domingo, 3 de abril de 2011

Dónde

Donde los ojos se cierran; donde el tiempo
Hace resonar la caracola del silencio;
Donde el claro desmayo se disuelve
En el aroma de los nardos y del sexo;
Donde los miembros son lazos, y las bocas
No respiran, jadean violentas;
Donde los dedos trazan nuevas órbitas
Por el espacio de los cuerpos y los astros;
Donde la breve agonía; donde en la piel
Se confunde el sudor; donde el amor.

José Saramago

jueves, 31 de marzo de 2011

Autobiografía en 5 capítulos

domingo, 27 de marzo de 2011

Jardinero

Henri Rousseau - El sueño - Óleo 1910
Jardinero, tu jardín es como una noche feliz de vivos sueños -no sé si larga o corta-, cuyo amanecer le dejará al alma todavía, en los ojos del cuerpo, la realidad alegre de las estrellas.

Juan Ramón Jiménez

miércoles, 16 de marzo de 2011

Las puertas del paraíso

Óleo de Sergio Cerchi
Un samurai se presentó delante del Maestro Zen Hakuin y le preguntó:
- ¿Existe realmente el infierno y el paraíso?
- ¿Quién eres tú? Pregunto el Maestro.
- Soy el samurai...
- Tú un guerrero! Exclamó Hakuin. Pero mírate bien ¿Qué señor va a querer tenerte a tu servicio? Pareces un mendigo.
La cólera se apoderó del samurai. Aferro su sable y lo desenvainó.
Hakuin continuó: - Ah, incluso tienes sable! Pero seguramente eres demasiado torpe para cortarme la cabeza.
Fuera de sí, el samurai levantó el sable dispuesto a golpear al Maestro. En ese momento éste le dijo:
- Aquí se abren las puertas del infierno.
Sorprendido por la seguridad tranquila del monje, el samurai envainó su sable y se inclinó respetuosamente.
- Aquí se abren las puertas del paraíso. Agregó el Maestro.

Citado por Pascual Faulliot en el libro El blanco invisible

lunes, 14 de marzo de 2011

Honrar la vida

Expectation / Gustav Klimt
Yo honro el lugar dentro de ti donde el Universo entero reside. Yo honro el lugar dentro de ti de amor y luz, de verdad y paz. Y sé que cuando tú estás en ese lugar dentro de ti, y yo estoy en ese lugar dentro de mí, tú y yo somos solo Uno.

sábado, 26 de febrero de 2011

Despedida

Ilustración de Leicia Gotlibowski
Entre mi amor y yo han de levantarse
trescientas noches como trescientas paredes
y el mar será una magia entre nosotros.

No habrá sino recuerdos.
Oh tardes merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo...
Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes.

Jorge Luis Borges

domingo, 20 de febrero de 2011

Llorar a lágrima viva



Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.

Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma,
la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.

Asistir a los cursos de antropología,
llorando.
Festejar los cumpleaños familiares,
llorando.
Atravesar el África,
llorando.

Llorar como un cacuy,
como un cocodrilo...
si es verdad
que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.


Llorarlo todo,
pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz,
con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo,
por la boca.

Llorar de amor,
de hastío,
de alegría.
Llorar de frac,
de flato, de flacura.
Llorar improvisando,
de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

Oliverio Girondo

sábado, 19 de febrero de 2011

El grito / Enseñanza tibetana

Ilustración de Andrey Remnev
Cuenta una historia tibetana, que un día un viejo sabio preguntó a sus seguidores lo siguiente:

¿Por que la gente se grita cuando están enojados?


Los hombres pensaron unos momentos:
-Porque perdemos la calma – dijo uno – por eso gritamos.
-Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? – preguntó el sabio – No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?

Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al sabio.

Finalmente él explicó:

Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.

Luego el sabio preguntó:
¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran?
Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente ¿por qué? Sus corazones están muy cerca.
La distancia entre ellos es muy pequeña.

El sabio continuó:
Cuando se enamoran más aún, qué sucede? No hablan, sólo susurran y se vuelven aun más cerca en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es cuan cerca están dos personas cuando se aman.

Luego dijo:

Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontrarán más el camino de regreso.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Belle èpoque


My grandfather's girls es el título original con el que el artista Pawel Wojcik nos presenta en formato de libro y con fondo musical de la época, unas cuantas fotos de señoritas de la "Belle Epoque". Una idea bien lograda para disfrutar. Con el click del ratón, puedes ir pasando las hojas del libro aquí.

martes, 8 de febrero de 2011

Final



Conoces de memoria mi anatomía,
por dónde recorrer mis heridas,
mis flaquezas y desesperanzas.
Lo supiste antes que yo misma.
Y yo conozco algunos caminos de tu mapa
labrados en horas de vos.
Como si pudiera recorrerlos con
el simple tacto de mis dedos.
A ti te debo el haber vuelto a vibrar,
haber llegado a lugares tan escondidos y
olvidados que ya no reconocía míos.
Te debo, además, el espejo donde
mirarme hacia dentro.
Y desde mi ser,
todo te fue destinado,
los gozos y las sombras.
Lo uno entrelazado con lo otro.
Lo sublime y el desencanto
en su juego eterno de luz y noche.
Me he preguntado cuál es el artificio
que nos cruza
en nuestro condicional existir. 
Dime el por qué de los campos desolados
si hasta el desierto puede tener su flor.
Y aún las tristezas más hondas
compartidas en tiempos de desvelo
aún así, amor,
lo mágico,
lo inesperadamente bello,
han sido nuestras ráfagas de felicidad,
nuestro hálito silencioso de vida
y el reconocimiento íntimo de
que nos encontramos en un lugar
más allá del tiempo.

Reina mora

lunes, 7 de febrero de 2011

Sobre la envidia

Escena del paraíso de Miguel Angel
Cuenta la leyenda, que una vez, una serpiente empezó a perseguir a una Luciérnaga. Ésta huía rápido y con miedo de la feroz depredadora y la serpiente no pensaba desistir. Huyó un día, dos días y la serpiente no parecía desistir. En el tercer día, ya sin fuerzas, la Luciérnaga se detuvo y dijo a la serpiente:

¿Puedo hacerte tres preguntas?
-No acostumbro dar éste precedente a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar…..

¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
-No,

¿Yo te hice algún mal?
-No

Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?
-Porque no soporto verte brillar…

miércoles, 19 de enero de 2011

La tierra prometida


No será para mi la tierra prometida
no caminaré por sus ardientes arenas
no beberé de su manantial inesperado
de aguas frescas y color dorado.

Pero la observaré recostado en la roca milenaria
que está allí esperando desde el principio de los tiempos
y sabré que al mirar el paisaje deseado
seré parte definitiva de un único misterio.

Funes

lunes, 10 de enero de 2011

Quino, con sentido democrático

domingo, 9 de enero de 2011

Mujeres

Lorenzo Goñi
La mujer es naturaleza inconsciente y primordial, tierra feraz.
Oro alquímico, subterráneo manantial que embebe las raíces...

Como botín de guerra, esclaviza a su opresor, pues conserva el desparpajo con que nos expulsó del Paraíso...

Nada se hizo jamás sin la mujer. Es la dueña de la maravilla y el desastre.
Cruel, atrae a los hombres al abismo.

Lorenzo Goñi
Algunas mujeres, Lorenzo...sólo algunas.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Lágrimas en la lluvia

Fotografía de Kathleen Connally
“y todo esto que he visto se disolverá como las lágrimas en la lluvia” (de la película Bladerunner)

Pienso en el átomo, la partícula elemental apretadamente contenida cuya división causaría catástrofes. ¿Cuántos átomos habrán entre mis recuerdos y yo? ¿Qué apretada sucesión de vidas está enroscada en mis células y desaparecerá cuando caiga el despojo sobre mi cabeza? Miro el trazo descartable de la historia que me ha tocado hacer, el rompecabezas esquivo de la infancia con su sabor a dulce antiguo. Las milflores en el jardín, la fuente, los traslados, las camas de hierro, mi madre cortando mosaicos, yendo a clases a Bellas Artes, mi padre en su coche pulido, las monjas de la Asunción en el patio donde el árbol de pan acogía nuestros recreos y entraba por la ventana hasta el balcón donde Mercedes contó la historia de le peineta y el reloj y me hizo soñar colgada de sus palabras y comprender el misterio de los cuentos. Los amantes: aquel que amé descuidada y atrevida en la clandestinidad de una ciudad chismosa que envidiaba nuestras luces, el que me escribió poemas en la espalda y me enseñó la geografía del alhelí; el cruel que uno a uno arrancó los pistilos de mis pensamientos para confundirme con sus humores de minotauro sacado por mí del laberinto para martirizar a muchachas danzarinas creyentes de las bondades de su corazón. Contemplo la mujer llena de volcanes, la que lleva lagos en los ojos y cuya historia a diario me ronda como una obsesión que no cede, país anfibio monstruo telúrico, hermafrodita erizo, puercoespín que me clava sus dientes en las espinas o me arrulla con sus ventiscas en eneros y febreros desérticos. Los hijos que parí desde el vientre o el corazón. Mis muchachas y muchachos soportándome las ilusiones, los sueños desmedidos, la insistencia de vivir mi vida sin concederles la gracia de resignarme y ser simplemente la madre que habrían merecido. Mi vida errante entre el deseo y la obligación, el destierro del amor que me lleva y me trae en sus huracanes de nostalgia poblados de rostros vistos o por ver hablando lenguajes tersos y lejanos o palabras que me devuelven la miel como colibríes veloces que rápidos restauran con sus largos picos mi identidad perdida para que el tiempo que no he sido me vuelva a reencontrar. ¿Cuántos malinches en flor, cerezos y corteses se apagarán en mis ojos cuando la luz huya de mí y yo quede como una referencia en las fotos mustias de mis descendientes? ¿Quién dará cuenta de mi fuego? Sólo aquí permaneceré. Escuchame lector, imáginame. A tus ojos y tu fantasía confío mi eternidad por los siglos de los siglos. Amén.

Gioconda Belli 
Poeta y novelista nacida en Managua el 9 de diciembre de 1948)

sábado, 25 de diciembre de 2010

Amapolas

Fotografía de Xuan Rata
Flor de cuneta, provocación del margen. No el rojo sino la síntesis del rojo, estampado como un signo. Sucedánea de ti, comercias adicciones con el viento. Yo trato de mirar hacia otra parte, esperando encontrarte precisamente ahí.

Fotografía y texto de Xuan Rata / Calendario de instantes

viernes, 24 de diciembre de 2010

Duda en el alma

Despertó cuando el sol comenzaba a expulsar el frío del desierto. Por debajo de la manta masajeó sus piernas flacas, sus rodillas que gimieron al doblarse para que el hombre se levantara. En la arena quedó el hueco de su cuerpo. El niño aún dormía. Se inclinó para despertarlo, tomándose dolorosamente de la cintura. ¿Ya hay que seguir, abuelo? El viejo no contestó, la mirada perdida el ese paisaje siempre igual, atemorizante. Sacó de su bolsa una manzana, sus dedos fuertes y nudosos la partieron en dos, y los peregrinos tomaron un sorbo de agua y desayunaron. Luego, apoyado en su báculo comenzó a caminar, el calor del desierto se sentía en las plantas de los pies a través de las viejas sandalias. El niño lo seguía, una manito tomada de su raída capa. ¿Falta mucho, abuelo? El hombre murmuró algo incomprensible mientras intentaba apurar la marcha. El nieto quería saber. ¿Los otros habrán llegado ya? El viejo se paró, bajó la vista y miró largamente al pequeño. Tomó la carita en sus manos para convencerlo, mirándolo a los ojos. Sí, seguramente ya están en la tierra prometida, esperándonos. Nos perdimos en esa tormenta de arena, pero reencontramos el camino. Un poco más, un esfuerzo más, y estaremos todos juntos. El niño sonrió a la sonrisa que cubría de arrugas el rostro del anciano.
Se miraron unos segundos aún, y el hombre irguió su enjuta figura, se apoyó en el báculo y volvió a marchar, sus labios murmurando continuamente una plegaria, con esa dolorosa duda en el alma.

Jorge A. Geller / Paraná / Argentina

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Atracción del borde

Fotografía de Xuan Rata
Yo no sé si es suficiente el goce que nos produce el equilibrio, ese logro leve de lo armónico, o si acaso al aceptar el desafío del abismo nos sentimos vencedores sobre alguna clase de destino. Pero es seguro que nos gustan las orillas y los labios y recorrer con los dedos la arista de la copa y recortarnos sobre una línea a modo de horizonte. Y todo tal vez porque es precisamente en ese espacio mínimo del borde donde el espacio nace, crece y se acentúa.

Fotografía y texto de Xuan Rata / Calendario de instantes

Related Posts with Thumbnails