miércoles, 13 de enero de 2010

Canto al río Paraná

Porque a mí me mintieron geografías

no quiero creer que en el Brasil nacieras,

rodeado de verdores y misterios

entre obscenas orquídeas, musgos y enredaderas.

Me naciste aquí dentro

en el preciso instante en que mis ojos

se preñaron de esta tierra.

Porque te siento mío, por saberme tu dueña

es que entiendo tu historia

la de tus crímenes, la de tu belleza.

Tu hipocresía de cambiantes tonos

del rosa al negro, o al marrón violeta.

A veces me pareces una chica sonrojada y modesta

y otras en tus derrames de crepúsculos

la sangrienta ramera.

En un atardecer de turbación y espuma

toqué tu comunión con las estrellas

y tus garras ignotas eran suelos

curva de engaños, en tu mentira inmensa.

Tus ahogados, hijos de las tormentas

con que perversamente te alimentas

en las vidas de un limo tumultuoso

que no se muestran.

Tus heladas, tu fiera madrugada

y la limpia navaja de las velas

cortando el aire helado del ambiente

para alumbrar las islas, las arterias

cuando viene esa loca desde el norte

montada en su potranca de tormenta

enjoyada en suntuosas lampalaguas

que te cubre las lúbricas caderas,

tapándose los pechos espumosos

con verdes camalotes y dos victorias regias.

Trae esa boca enorme que al abrirse

devora las ranchadas que la esperan.

Cómo piensas que pueda perdonarte

esa crueldad eterna?.

Cómo, si no naciendo de mi carne

pueda yo atesorar lo que no muestras?.

Seductor en las noches encendidas

preñada de luciérnagas

encantador de seres que no dejan de sufrir

en tus islas traicioneras.

Qué cosas les prometes en voz baja

para que no te escuchen las estrellas

cuando viene la loca dando gritos

y arrastra sus viviendas?.

Ellos vuelven. Están hipnotizados

por tu lengua barrosa de tormentas.

Como una amante de pródigas caricias y de engaños

en fábulas morenas

no te puede dejar quien ha probado

tus manos limosas bajo la luna inmensa.

Porque fue el hondo semen de tu barro

igual que Dios el que me hiciera hembra,

moriré en tus crecientes cada invierno

para volver a amarte en primavera.


Canto al río Paraná
Stella Berduc

martes, 12 de enero de 2010

Óleo sobre hardboard, 1960, 122x122

Me enamoré de un cuadro, amigo Efrit. Me enamoré de un cuadro y de las manos y del alma que lo crearon y desearía que ese hombre no hubiera muerto y presentarme así, muy descarada en su casa e invitarlo cordialmente a que me embadurne con sus óleos bermellones y naranjas y susurrarle que vacíe todos sus pomos de rojo cadmio sobre mi pecho y mi ombligo y los esparza tan hábilmente como él quiera con sus dos palmas fuertes y curtidas por líquidos creadores y tomarle sus manos y ayudarlo con el énfasis perfecto hasta sujetarlo por su espalda y provocar una gran confusión alquímica de pigmentos, piel y sudor...
Después, mientras me penetra y asfixia sabiamente y yo recuerdo su cuadro, morir intoxicada.

Clara María Berduc / Ojos de perra verde

Miedo acuático

Fotografía de la colección Underwater de Howard Swatz

Nunca le había dicho a nadie la razón de su miedo a sumergirse. Cada vez que se ponía unas gafas de bucear, le entraba pánico al pensar que podría acordarse de ella, ponerse a llorar y morir ahí abajo, ahogado en sus propias lágrimas.

Prestado del blog Viaje a los sueños polares

lunes, 11 de enero de 2010

El Atlas, un camino hacia el desierto

El tour arrancó desde Marrakech por la mañana en un trayecto que cruza El Atlas (cadena montañosa que atraviesa Marruecos de Norte a Sur en forma de espina dorsal) atravesando pueblos y aldeas bereberes.
Lo más asombroso del trayecto que finaliza en la ciudad imperial de Fez , es ver como se alternan los colores terracota y rojizos del terreno, con los verdes palmerales de los oasis.
Las poblaciones se mimetizan con la montaña, en contrucciones de adobe y paja. Cada familia tribal vivía en un asentamiento protegido llamado Kasbah. Las kasbah son fortalezas de barro o adobe típicas de la zona, dado los materiales de construcción de los paises del norte de África como Marruecos, Algeria y Tunisía. Estas construcciones se encuentran en lugares cerca del desierto, y normalmente en un lugar elevado para mejorar la defensa del sitio. Algunas Kasbah están aún habitadas. No hay luz, ni gas, ni agua corriente, claro. Sin embargo, cada tanto encontraba una antena parabólica que hacen funcionar con baterías de coches. Así se conectan a alguna señal del mundo, al menos a un par de canales de otros países árabes.
Las vertientes subterráneas forman oasis verdes que ofrecen todo tipo de cultivos. Y los palmerales ofrecen una sobreabundancia de dátiles de los mejores que haya probado.
También son muy buenas las olivas, las uvas, los melocotones, los plátanos.
En medio del camino hay una ciudad llamada Ouarzazate, desde donde parten las excursiones al desierto de dunas. También es conocido porque hay un "Hollywood" el Atlas Film Studios, donde un sinfín de famosas películas históricas y de aventuras fueron filmadas, incluyendo la película Gladiator y Lawrence de Arabia. En esta zona se encuentra la kasbah Aït Benhaddou, considerada por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad y una de los bastiones o fortalezas más importantes de la antigua Ruta de la Sal, donde las caravanas compraban esclavos, oro, marfil y sal desde el África sahariana hasta Marrakech y más allá.
Las dunas, para mi sorpresa, son absolutamente anaranjadas. Su paisaje típico incluye los camellos y las jaimas (carpas) donde hacer noche. Una experiencia única es dejarse guiar por un camellero que nos adentrase algún breve recorrido de los 50 km de dunas que separan con la frontera a Argelia. Los habitantes del desierto, los hombres azules deben su nombre al color índigo de su vestimenta y sobre todo de su turbante. Tonalidad extraída de un colorante vegetal que con el calor del desierto se disuelve poco a poco y va tiñendo la piel y protegiéndola de las inclemencias del tiempo. Existen más o menos 3 millones de tuaregs: pueblo de cultura nómada o seminómada que se localiza en una parte del territorio de Argelia, Burkina Fasso, Líbia, Mali y Níger.
El desierto es el único lugar del mundo junto con el mar donde el hombre se enfrenta cara a cara consigo mismo. No buscamos ni suplantar a nadie ni ocupar el lugar del otro porque en el desierto no hay nadie más. Es un lugar donde se encuentra la esencia del ser humano. En el desierto el tiempo es luz.

Final del recorrido la ciudad de Fez. Primera ciudad imperial, capital árabe del S.VIII, que es muy surrealista para describir.
"Medina" es un término árabe que significa "Ciudad". La medina de Fez es una ciudad fortificada en la que actualmente viven 350.000 personas en forma absolutamente medieval.
Son 9.600 calles, 1.000 de ellas sin salida, un verdadero laberinto que difícilmente se pueda visitar sin un guía. No hay plazas, ni descansos, ni espacios libres. Todo es zoco (mercado) frenético donde siguen existiendo los gremios de artesanos tal como se conservan del medioevo: los carpinteros, los curtidores, los tejedores, los ceramistas...
El movimiento es continuo, casi no se puede uno detener para sacar una foto en los 6 kilómetros de caminata en la medina. Apenas alguna foto a los burros que transportan mercaderías, o a algunos vendedores que venden pollos vivos ( lo degüellan y lo entregan calentito a su comprador) o pescado, o telas. En fin...realmente la sensación de entrar en una película, vivir una locura en cámara rápida, y salir. Eso es Fez, un viaje a la época medieval, un flash de sensaciones, olores y colores.
Desconozco cómo serán esas casas de fachada tan sobria, cómo se mantienen en su estructura y en su interior. Para el mundo árabe lo principal en la construcción es no mostrar nada al exterior, para no despertar envidias de los más pobres.
De manera que tras esos muros franciscanos y esa puerta de madera antiquísima, jamás sabremos qué podríamos encontrar: a veces un palacio lleno de confort.
De este viaje me traje los olores, creo que debe ser un común denominador del mundo árabe.
Me traje la sonrisa de pisar por primera vez tierra árabe.
Me sentí reconocida en mis rasgos por ellos. Fue raro, ser étnicamente reconocida.
Recordé mucho a mis abuelos siriolibaneses.
Y me quedé con el anhelo de seguir viaje para Jordania y Siria.
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domingo, 10 de enero de 2010

Temiéndole a mi pecho

Él le teme a mi pecho

o tal vez a mi hambriento corazón.

Piensa en mi sed

eterna sed de su alma

fruto jugoso licor de sol.

Por eso es que me toma por la espalda

al hacerme el amor.

Pero una noche crecerán mis alas

y volaré hasta vos.

Arderás, arderás eternamente

en tu hoguera interior.

Hazme el amor

pecho contra pecho

mordiendo el corazón

serás el alimento más perfecto

un manjar, un dulzor

mientras te bebo el alma tiernamente

pues es bastante tarde para vos.

Te cambiaré por un oscuro Arcángel.

Negociaré con Dios.


Stella Berduc, Paraná enero 2010

sábado, 2 de enero de 2010

Feliz 2010 les deseo con el corazón en las manos

Pintura de Diego Rivera

Para que los hombres no tengan vergüenza de la belleza de las flores,
Para que las cosas sean ellas mismas: formas sensibles o profundas
De la unidad o espejos de nuestro esfuerzo
Por penetrar el mundo,
Con el semblante emocionado y pasajero de nuestros sueños,
O la armonía de nuestra paz en la soledad de nuestro pensamiento,
Para que podamos mirar y tocar sin pudor
Las flores, sí, todas las flores,
Y seamos iguales a nosotros mismos en la hermandad delicada,
Para que las cosas no sean mercancías,
Y se abra como una flor toda la nobleza del hombre:
Iremos todos hasta nuestro extremo límite,
Nos perderemos en la hora del don con la sonrisa
Anónima y segura de una simiente en la noche de la tierra
(«Para que los hombres...», La rama hacia el este, 1996: 272)

Juan Laurentino Ortiz
Poeta argentino (1896 - 1978)

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